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sábado, 26 de febrero de 2011

Jugando con la camarita...







Increíble la vista de Posadas, desde el puente. Se pueden ver las obras costeras y el relleno, por Yaciretá y más atrás, la ciudad que se recorta en el horizonte en esta tardecita de tormenta.

Encontré a Matute, el policía de cartón piedra...







Mientras hacíamos el trayecto entre Asunción y la ciudad de Encarnación, en Paraguay caían chaparrones "torrenciales". Por eso, habíamos decidido viajar despacio, tranquilos, sin apuro, con mucho cuidado.
En ese marco, descubrimos este pueblo, Santa Rosa, que tenía como valor agregado, una antigua construcción de la época de los Jesuitas.
Decidimos desviarnos unos pocos kilómetros y dar una vuelta por el lugar y fue allí, que encontré a quien podemos dar en llamr, al policía de "cartón piedra" o el "oficial Matute" ¿Se acuerdan? ¿De Don Gato y su pandilla?. La función de este ocifial paraguayo, claramente era resguardar el patrimonio histórico del lugar. Un antiguo templo.
Santa Rosa es un pequeño poblado del interior del Paraguay. Pintoresco,tranquilo, que espera al turista para alborotarse y entretenerse.
Pero en Santa Rosa no se andan con probelams ni haciendo piquetes por que la fuerza policial asignada no alcanza para cubrir todas las cuestiones.En Santa Rosa, la hacen muy corta. A falta de policías, bienvenido sea Matute, el oficial de cartón piedra...
Tiene sus ventajas: no le tira a nadie, ni con balas de goma...

lunes, 21 de febrero de 2011

Mercado 4

























En el Mercado 4 hay tantos puestos como historias. Es un mundo dentro de una ciudad que amanece cada día en busca de su sustento. Como todas las ciudades claro pero ésta, con sus particularidades. Bien temprano, bulliciosa, rumbo a las grandes cosas pero empujada básicamente por las familias que sobreviven dentro de la estructura que conforma la economía informal que los mantiene dentro del sistema, al límite pero con las herramientas para ser libres dentro de un mundo que en realidad, oprime por la falta de trabajo, de políticas sociales verdaderas y duraderas a través de los distintos gobiernos.
Así, en el Mercado 4 podemos encontrar hierbas medicinales que en general, son agregadas al agua helada del tereré, infusión diría casi indispensable para salir indemne de las altas temperaturas del verano paraguayo.
Desde que estamos en Asunción, la temperatura nunca ha bajadpo de los 30 grados y ha trepado como si nada hasta los 41.
Ropa por kilo, loros, zapatos, celulares, frutas, verduras, canastos, achuras, uniformes escolares, pescado fresco y todo lo que se le ocurra. Al final del recorrido por las infinitas y asombrosas galerías, algunas muy angostas y de las que uno no sabe a ciencia cierta hasta dónde conducen, se puede reponer energías en una de las tantas parrillas que ocupan la vereda, degustando mandioca y chorizos exquisitos (y sobre todo sano)sentados a la barra con los automóviles pasando peligrosamente cerca de uno.
Conocer otras culturas, otras realidades es salir del placar, es abrir la mente, es ampliar el horizonte.Es dejar de mirar nuestro ombligo como centro de las cosas.Nada es fácil. Nada es regalado. Tampoco sacarse una foto en los pasillos del Mercado 4 si no, a las pruebas me remito...

viernes, 18 de febrero de 2011

Brigada...




La auténctica Brigada Marrón,en primicia exclusiva para todos ustedes!!! Horacio, yooo, ambos con chaleco...y los paraguayos y colaboradores Domingo y Mario. Con ellos recorrimos todas las descargas cloacales de Asunción, haciendo los respectivos aforos. Periodista todo terreno. Llevo bitácora, saco fotos, manejo correntómetro y ahora también, tomo tereré con "guampa" de palo santo...Y voy por más!!!

Lugo lo hizo, para todos y todas...



No hay como recorrer los barrios (ricos y pobres) de una ciudad para conocer y entender a la gente que vive en ellos. Como en todas partes del mundo, es allí donde está la verdadera esencia. Las buenas, las malas. Las cosas que pasan, entre todas esas cosas.
Luego de tres semanas en la capital paraguaya, donde todavía sigo estando y recorriendo los barrios, sé que nunca voy a olvidar esta experiencia tan enriquecedora como es el contacto directo con la gente.
Y sumo, a esta sensación tan agradable, algunas "perlitas" que poco a poco iré compartiendo con ustedes.
Uno no puede dejar de comparar todo el tiempo el comportamiento de los ciudadanos, de los políticos, creo que nos pasa siempre cuando viajamos. En Argentina, esto es peor. En Argentina, esto es mejor. O igual.
Dicho esto, comparto con ustedes ésta.
Qué me llamó la atención de este cartel. Para empezar, amplien la foto, lean atentos y luego, miren el estado del "bañado". Lo que corre no es agua y aquí mismo podemos abrir la discusión.
Lo que vemos son bolsas de basura y desperdicios más increíbles que la propia gente del barrio tira, sin ningún tipo de pudor al arroyo. Por qué lo hace. ¿Una cuestión cultural? ¿Desidia? ¿Abandono del Estado? ¿Ya no les importa nada? ¿Se sienten solos? No sé.
La foto fue tomada en la cuenca Mallorquín. El primer día, la calle era de empedrado. A la tarde, la misma calle ya estaba asfaltada y bajo la capa del flamante asfalto, desapareció la tapa del registro o tapa del desagüe, por lo que fue necesaria la participación de una cuadrilla para volver a encontrarla y dejarla libre y accesible, pero esto es sólo una anécdota risueña y un poco insólita, acerca de cómo se hacen las cosas, acá y allá. Como suelen repetir aquellos que se encuentran construyendo una casa. "Viene un gremio y te rompe todo lo que hizo el otro y así, te la pasás arreglando cosas".
Volviendo al cartel,comparemos: vemos que la obra del "Bañado Tacumbú" es dedicado a "Paraguay, para todos y todas". ¿Le suena esa frase? También leemos que allí hormigón es sin acento, desagüe sin diéresis y a través, se escribe con zeta...
Nobleza obliga y para no ser nada más que criticones festejemos sin dudar que al menos,llegó el ansiado asfalto.
Propaganda, propaganda. Nadie parece ver el estado del "bañado" y así, a cada asfalto, le llega zu cartel...

lunes, 7 de febrero de 2011

Líneas, sombras, luces y volutas

Vamos a jugar



Derechos Humanos
No nos olvidemos de éste, que es vital.

Pequeño problema de convivencia urbana...




Las callecitas de Asunción tienen ese qué sé yo...
Como la mayoría de las callecitas del mundo, claro. Esta vez les traigo lo que adivino como un problema cultural, de arraigada costumbre, ya que deambulando por estas calles céntricas, he sido testigo de algunas situaciones sorprendentes, como hombres haciendo pis lo más chufis, en la plaza del centro (si, atrás de un árbol pero como ustedes bien saben, es atrás para los que pasan por atrás!!!!).
Así las cosas, mis sospechas vienen a fundarse con este carteltamaño portón (y es sólo uno de los tantos que ya he visto), en un garage de la ciudad capital del Paraguay.
Hoy,lunes 7 de febrero, la ciudad amaneció algo nublada, calurosa, pegajosa. Pero igual disfruto de estar acá y conocer a la gente de un país del que ignoraba casi todo. Nos vemos, hasta la próxima.

domingo, 6 de febrero de 2011

Atardecer en el Río Paraguay







Asunción es una ciudad que vive a espaldas del río. De ese río Paraguay, que es tan hermoso, intenso, cálido. Sus costas, un poco degradadas por la desaprensión de muchos aunque se sirven de él para el transporte y la pesca artesanal.



A pesar de estar contaminado en casi todo su trayecto que rodea la Capital, en algunos sitios pueden verse actividades recreativas. Claro. Cómo privarse del placer de disfrutar de tan bellos lugares y además, con el calor que agobia, esa es la palabra aunque parecen muy acostumbrados aquí y los que transpiramos la gota "gorda", solo parecemos ser nosotros. La temperatura por estos días, ha trepado como si nada hasta los 41 grados.
Pero las cosas paracen cambiar, de a poco.
Un grupo de jóvenes, al vernos caminar por el lugar nos detienen y uno de ellos pregunta si nos gusta Paraguay. ¡Sí, claro, es un hermoso país, su gente es muy cordial y sus paisajes e historia, muy ricas!
-Lástima que esté todo tan sucio, ¿no? pregunta y se responde: "Si los municipios se juntaran, si se creara conciencia, entre todos lo podríamos cambiar. Conozco Argentina y sé que en general, sus ciudades son más limpias...".
Enseguida pensé en el Riachuelo...
Charlamos un rato más, sobre todo lo que podría hacerse y no se hace. Agradable grupo de muchachos y chicas, tomando tereré.
Un placer conocerlos, dijo uno de ellos. Igualmente, dijimos nosotros.
Y queda esa sensación tan agradable, de conocer a gente de otros lados, así, en la calle, sin grandes cosas en común, más que la necesidad de lograr a partir de ¡ya!, un mundo mejor.

viernes, 4 de febrero de 2011

Elegí un termo...



Hay todo tipo de termos. En los mercados, venden estos que son muy pintorescos,coloridos forrados en cuero y vienen con el mate o "guampa", como le dicen acá. Dan ganas de tener uno (me refiero al termo, no a la guampa...ji. En cambio, en los supermercados, se consiguen comunes, de plástico y son muy prácticos aunque no tomes tereré, para hacer viajes largos en el auto, ya que conservan muy bien y la bebida se mantiene bien fría, mucho tiempo.
Yo ya me compré uno. (Todavía no probé cómo conserva la cerveza juaz. la verdad es que hace tanto calor, que solo querés agua o tereré ;)

jueves, 3 de febrero de 2011

Josefina, la yuyera



Se llama Josefina y es parte de una postal común en las calles de Asunción, Paraguay. Todas las mañanas, muy temprano, se instala en una de las esquinas del centro de la ciudad y acomoda las plantas medicinales que acaba de comprar en el mercado. Las dispone ordenadamente en una cesta redonda para luego, volver a venderlas.
En esta época en que el calor puede trepar como hoy, hasta los 41 grados sin que ni siquiera el sol se inmute, la mayoría de los que se detienen en el puesto de Josefina, lo hacen portando un termo -que parece un tamborcito- en el que preparán, con el "yuyo" elegido,un aliviador tereré.
Y no es improvisada Josefina. Como sabe del asunto, también tiene para ofrecer hielo, hecho en pequeñas bolsitas plásticas, alargadas y de espesor muy fino. Así, los clientes agobiados salen rumbo a sus cosas, con la hidratación asegurada.
Ya hace un rato que estoy parada al laldo del puesto. Me mira desconfiada. Le pregunto cómo se llama y si le puedo sacar una foto. Me dice que sí pero se corre, así que le robo ésta. Le digo que su canasta me encanta, que no sé nada de yuyos. Y nos ponemos charlar.
Charla que se interrumpe con la incesante llegada de hombres y mujeres. Casi todos saben lo que buscan, ya conocen y van al grano. La mayoría ha pedido un yuyo refrescante. Josefina entra en acción. Toma un ramito, o dos, si hace un "blend" y lo macera en un pequeño mortero para volcar el contenido "machucado", dentro del termo que contiene agua helada con cubitos o barrita de hielo.
El ramito cuesta entre mil y dos mil guaraníes y hay para todos los gustos y dolencias. Anís, Burrito, cedrón, toronjil, ajenjo, menta. Para toda clase de angustias y dolores.
Me sigo quedando y cada vez que se va a buscar agua para un cliente (se mete por una puerta que parece pertenecer a una institución (y haber una canilla, claro) y vuelve.
-¿Vive de esto Josefina?, le largo la pregunta.
-Nooo, con esto no me alcanza. Estoy un rato a la mañana, hasta que vendo todo y después me voy a segur trabajando.
-Y de qué más trabaja?
-En casas...
-Y qué hace en las casas?
-¡Limpio. En esas casas limpio y después, me voy a mi casa. Las cosas están difíciles por acá así que hay que hacer de todo.
-Y Lugo? ¿Le gusta Lugo, el presidente?
- Ah, ése. Ese se la pasa paseando...
Ahora es ella la que pregunta.
- ¿Y usted cómo se llama?
-Ana.
-Y de dónde viene?
-De Buenos Aires.
Recibo un "Ah" como respuesta y parece desilusionada. Tal vez pensaba que venía de más lejos, como todos los que por la calle y en los negocios me hablan en inglés.
Y mientras pensaba en esto, lo del inglés, Josefina me dice: "Y bueno, pero ustedes allá están mejor, tienen ayuda del gobierno, a la gente le dan plata, le dan subsidios, ayudan a las madres solteras y esas cosas, acá no", enfatiza.
Me quedé mirando los yuyos.No dije nada al principio. Si había algo que no quería, con 41 grados, era hablar de política y darle mi opinión al respecto aunque no pude dejar de decirle: "Pero bueno señora, lo que pasa que creo que es pan para hoy pero hambre para mañana", así, le tiré mi pensamiento profundo, con semejante calor.
- Y si claro pero bueno...acá no tenemos nada.
Y ninguna dijo nada.
Vuelvo a las plantas y hojas. Le pido algo para el dolor de cabeza. No tiene. Me ofrece un refrescante.Lo llevo.
Nos despedimos amablemente. Camino calle abajo y me pierdo por los puestitos, mirando nomás. Y pensando, (en el tereré que me voy a tomar).

miércoles, 2 de febrero de 2011

Suburbio



Su gente, sus árboles, con sus frutos. El tereré. El calor tremendo en febrero, las lluvias tropicales, que nos hacen correr para luego volver como si nada, son algunas, solo algunas de las características de Asunción, capital de Paraguay.
Porque también se queda uno mirando pasar las caravanas de autos importados y 4 por 4, más nuevos y más viejos, por las calles y suburbios de la ciudad.
Las hierbas medicinales, que se ofrecen en todos las esquinas y mercados. Hay para todo. Desde el dolor de panza, mal de amores, presión alta y yo qué sé. Hasta para "la bala..." dicen pícaros y ofrecen. Y otros más pícaros, compran.
La pesca artesanal, en canoas, por la depreciada costa del Río Paraguay, saca del paso a muchas familias. "Salimos de las 7 a las 9 de la tarde y sacamos más o menos doce Mandi-í", dice un pescador que mientras espera la hora señalada, varía el tereré con alguna otra cosa que lo pone más contento que un mate con hielo y agua.
Todos son muy cordiales, educados, curiosos.
Los mercados florecen y los vendedores también. De todo se puede comprar. En el mismo puestito, ropa y algunas botellas de aceite envasado pero ni hablar de las bananas pequeñas, deliciosas. El mango no se consigue en los mercados si no que se los levanta del piso. Y a las guayabas y otras frutas. Al menos la tierra, además de la batata y la mandioca, les brinda dulce, por doquier.
En algunos barrios, un poco sucia, un poco decadente la vida transcurre tranquila "sí claro", dijo una mujer "pero no me venga de noche por acá...".Como en todos lados.
Cuidadosa y orgullosa de su cultura. No imita. Tiene personalidad. Si te habla rápido y encima te meten palabras en guaraní, estás frito hermano.
Mañana sigo. El sueño me vence. La recorrida por los suburbios de Asunción fue agotadora y se repite mañana y pasado también.
Nos vemos