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viernes, 15 de abril de 2011

Clavo

A la una, a las dos y a las tres!





La Escuela Goleta realizó su tercera navegación inclusiva


Mientras el bergantín goleta se construye en el astillero Tandanor y toma forma, la Fundación Escuela Goleta del Bicentenario “Santa María de los Buenos Ayres” llevó a cabo este viernes 25, una nueva navegación inclusiva -la tercera- en el Río de la Plata, frente a la Ciudad de Buenos Aires, a bordo de un velero cedido por uno de sus miembros fundadores.

El viento sopló a más de once nudos, inflando las velas y la ilusión de los grumetes (que no son ni más ni menos que los aprendices a bordo) por empezar a recorrer el camino de la inclusión social, la solidaridad y la amistad.
Los grumetes, con la atención y cuidado del capitán y los tripulantes, compartieron las tareas típicas de la navegación, como llevar el timón, izar y cazar las velas con sus escotas y familiarizarse con los términos típicos de a bordo, como derivar, orzar, sotavento, barlovento y acostumbrarse al cabeceo y escora; navegaron por más de tres horas, poniendo a pleno el físico pero sobre todo, el espíritu de colaboración en cubierta.
El valor humano

Una de las invitadas, Claudia Álvarez, quien sufrió Polio de pequeña, luego amarrar y recibir su certificado de navegación por parte de miembros de la Fundación, dijo que llegó al programa a través de Matías Paillot, “que es un verdadero ejemplo y está bueno seguir a quienes son un ejemplo. Ésta creo que es una forma de que la gente se relacione con otros ya que por sus problemas, les cuesta relacionarse con otras personas. No todos tienen ese estímulo y por eso es muy importante que se sumen a este tipo de actividades, porque no es sólo navegar, es navegar y todo lo que va acompañado con la navegación, principalmente, todo el valor humano”.

Previo al embarque, los grumetes recibieron un curso de capacitación, donde se trató la “comunicación efectiva”, entre otros temas, a cargo de Marcos Matesa. Así, el proyecto no sólo va sumando millas sino también, certeza y convicción. Certeza por el rumbo elegido y convicción por fortalecer los valores de la inclusión y el respeto a los demás.

La Fundación Escuela Goleta del Bicentenario agradece al Yacht Club Puerto Madero por la cesión de sus instalaciones y por todo el apoyo que brindó una vez más para la capacitación y acto de entrega de diplomas, así como también al esfuerzo y dedicación de los voluntarios integrantes del Equipo Previsor de Navegaciones y al resto del staff de la Fundación, sin cuya asistencia este nuevo logro hubiera sido imposible.

miércoles, 6 de abril de 2011

Una familia con planes















Era pleno verano y volvíamos de Paraguay, sin apuro, recorriendo y disfrutando de los paisajes y el camino. En Corrientes, cerca de Bella Vista, quisimos aprovechar los últimos mangos (la fruta, la que da el árbol, no esos que tanto escasean hoy día y mandan en nuestra economía) y fue así que al ver este carrito cargado de frutos a la orilla de la ruta, decidimos parar.
Como no había nadie a la vista, entramos a la pequeña chacra donde por supuesto, el primero que salió a recibirnos fue Simón, el perro, un ovejero belga que en realidad, se hacía el malo pero por las dudas, sólo hasta que olfateó que llegábamos en son paz.
Allí conocimos a la familia de Antonio. A su mujer y a su hija Julieta.
Antonio y su mujer son hoy propietarios de una pequeña porción de tierra, que pudieron comprar luego de arrendar muchos años y trabajar duro, día tras día.
Sus otros tres hijos están estudiando en Buenos Aires. Julieta va a la escuela en Corrientes.
"Por su educación, es que vale la pena cualquier esfuerzo" nos dice Antonio. La mujer, que escucha atenta, agrega: "No quiero que mis hijos tengan la vida de sacrificio que nosotros dos hemos tenido". Antonio y su mujer trabajan la tierra y venden la producción que obtienen. Además, cultivan tabaco y se encargan también, de todo el proceso de secado.
Pero Antonio se lamenta: "la gente fuma menos, ¡si no se puede fumar en ningún lado ahora! Está bien,ya sé, fumar es malo para la salud pero cada uno elige si quiere fumar o no. ¿Y hay vicios peores ¿No?",se consuela y se dfiende, sin que le hayamos dicho nada. Claro, se trata de su sustento.
A Julieta le gusta la chacra pero también se irá a estudiar a Buenos Aires cuando termine el colegio. "Quiero hacer una carrera", asegura aunque muestra orgullo de sus padres que con el oficio de agricultores, productores mínimos, sacan la economía y la familia adelante.
Qué linda su hija, le digo a su mamá cuándo nos íbamos. "Sí,es muy linda. Es la mezcla del indio con el europeo. Yo soy la india, aclara y se sonríe apenas. Se ve que la risa, no es un recurso del que abusa. Pero además, de también ser su rostro muy bello como el de su hija, se adivina buena gente. Seria y cortés. Tienen don de gente.
Nos despedimos luego de hacer estas fotos.Las voy a subir a mi blog les dije. Pero no les di el link ni ellos me lo pidieron. Qué lástima.
Seguimos nuestro camino, nos quedamos pensando acerca de tantas familias que desde el interior, llegan y se hacinan en el conurbano, probando (mala)suerte.
Lástima, que no haya políticas destinadas al arraigo de la gente que trabaja, a apoyar el esfuerzo, la unión. A apoyar a la familia. Pero no con planes trabajar. Si no, con trabajo para que puedan hacer,como esta familia, planes.