Vistas de página en total

viernes, 30 de julio de 2010

Sigue lloviendo...



Sigue lloviendo.
Sigue el mal tiempo.
Aunque eso siempre depende,
de dónde uno esté.
O de cómo uno esté
a la hora en que las gotas
caen y caen.
Y caen y caen.
Y traen inevitables,
nostalgia.
Pero también traen,
la mirada a la realidad.
En un día como hoy,
¿puede uno no pensar
en aquellos que se van cargando de preguntas?
¿Por qué?
Esa es la pregunta.
¿Cómo es posible?
tanto desprecio por la vida del otro.
¿Cómo puede ser?
¿Cómo hemos llegado a esto?
Que no les importe nada
del otro, de los otros,
a tantos.

Con un poco de nostalgia y mucho agradecimiento

El Eco de Tandil cumple 128 años de trayectoria


Fundado el 30 de julio de 1882, el diario El Eco de Tandil celebra hoy sus 128 años. Tiene el privilegio de ser el décimo diario más antiguo de América latina y el cuarto a nivel nacional, detrás de La Capital, de Rosario (1967), La Prensa (1869) y LA NACION (1870).

Nació como semanario de la mano de su primer dueño y director, el boticario Juan S. Saca, que había adquirido en un remate los elementos que integraron la imprenta de La Voz del Pueblo , publicación tipo sábana en la que aparecían noticias de la pequeña localidad fundada el 4 de abril de 1823 por Martín Rodríguez.

Tandil había tenido otras experiencias periodísticas gráficas, pero no prosperaron en el tiempo. De una vez por semana pasó a imprimirse dos veces y luego tres. Durante décadas se editó de lunes a sábados.

En estos 128 años de vida, El Eco de Tandil sufrió los avatares de la política nacional. Durante los dos primeros mandatos presidenciales de Juan Domingo Perón, en las décadas del 40 y del 50 sufrió varias clausuras, como sucedió en Buenos Aires con otras publicaciones periodísticas. Los directores de El Eco de Tandil fueron perseguidos y encarcelados.

El Eco de Tandil llegó a celebrar su centenario, en 1982, en una compleja situación financiera que lo puso al borde del cierre. Fue adquirido por aquellos días por Rogelio Rotonda, un más que joven periodista de 22 años que trabajaba en El Eco de Tandil desde los 15.

Rogelio Rotonda le imprimió nuevos aires. Convirtió el tradicional periódico de tamaño sábana en un tabloide con más fotos y se centró en difundir más información.

Para 1992, se produjo una especie de "segunda fundación" del periódico con la renovación del staff, el cambio de maquinaria para imprimir, más páginas, suplementos y la edición dominical. En 1999 incorporó el color y en 2000 se inauguró un edificio en pleno centro de Tandil que alberga al diario, a ECO TV Canal 2, Eco Digital, Tandil FM, Radio Urbana y un canal de aire. Hoy, Multimedios El Eco, la suma de todas las empresas, cuenta con casi un centenar de empleados.

martes, 20 de julio de 2010

"Ya está en el aire girando mi moneda" (J.D.)



Hoy le pido prestada la letra de esta canción a Jorge Drexler.
Siento que también está escrita para mí.

Ya estoy en la mitad de esta carretera
tantas encrucijadas quedan detrás...
Ya está en el aire girando mi moneda
y que sea lo que sea

Todos los altibajos de la marea
todos los sarampiones que ya pasé...
Yo llevo tu sonrisa como bandera
y que sea lo que sea

Lo que tenga que ser, que sea
y lo que no por algo será
No creo en la eternidad de las peleas
ni en las recetas de la felicidad

Cuando pasen recibo mis primaveras
y la suerte este echada a descansar
yo miraré tu foto en mi billetera
y que sea lo que sea

Y el que quiera creer que crea
y el que no, su razón tendrá
Yo suelto mi canción en la ventolera
y que la escuche quien la quiera escuchar

Ya esta en el aire girando mi moneda
y que sea lo que sea
(Sea - Jorge Drexler)

Y qué te puedo decir, Buenos Aires.
Acá estoy, ya llegué y aunque no me escuches
aunque no me veas ¡voy por tí!
(Esta última parte es mía, ¿ya se habían dado cuenta? juaz)

Por el día del amigo




Estés donde estés.
Estés como estés,
Cerca o lejos,
acá o allá,
o más allá.
Porque te quiero,
porque te extraño,
porque te recuerdo;
esta verbena puntana,
es para vos.

sábado, 17 de julio de 2010

Pobre Galdos



Benito María de los Dolores Pérez Galdós[1] (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - Madrid, 4 de enero de 1920), conocido como Benito Pérez Galdós, fue un novelista, dramaturgo y cronista español. Se trata de uno de los principales representantes de la novela realista del siglo XIX y uno de los más importantes escritores en lengua española.(Wiki)

Los pajaritos en el Rosedal, se c.... en Galdós.

Tío Raúl



Como suele suceder, buscando una cosa, encontré otra.
Y qué les voy a decir yo, a ustedes, que se querían tanto.
Pero acá va, mi humilde homenaje.
Tío Raúl era carpintero y dice el diccionario que un carpintero es esa "persona que por oficio labra la madera y realiza objetos con ella".
Pero el diccionario no dice nada de Tío Raúl, de su pasión por el oficio que eligió para labrar los objetos más lindos que se puedan tener al calor de un hogar, hechos siempre en sus horas libres, creo.
Y digo creo porque en realidad, no sabía mucho de los detalles de su rutina diaria porque pasaban años, entre un encuentro y otro. Entre mi tío y yo.
Pero sí sé que la última vez que lo ví, hace un par de años, me quedé pensando en lo que me he quedado pensando siempre, después de cada encuentro.
En su tonada particular, en su sonrisa amable a la que acompañaba con un toque de picardía y un gesto en las cejas, cuando hacía algún comentario irónico sobre el tema sobre el que se estuviera hablando.
Bueno, no sé, así es como lo recuerdo a tío Raúl, un tipo orgulloso de sus hijas.De su mujer, mi tía Cristina.
Me lo acuerdo bueno. Eso, un tipo bueno.
Un tipo que golpeó y sorprendió con su muerte a todos.
Y a sus hermanas, a mi tía tan querida,tía Doris y a mi mamá, también tan querida. Las dos, luchadoras en la vida.
Y entre todas esas cosas,
buscando una cosa, encontré otra.
Y es esta foto: tía Doris, tío Raúl y mi mamá.
Me dio mucha emoción y hoy la quiero compartir con todos ustedes.
Con todos ustedes querida familia, que hace tanto que no nos vemos aunque siempre pensemos algún rato en nosotros.
¿En qué andarán? Mís tíos, mis primos, mis propios hermanos.
Pero la vida que llevamos es así.
Nunca tenemos tiempo hasta que la noticia nos sorprende y llega la hora del reencuentro pero ese día ya es tarde porque ese día, en el que nos encontramos
irremediablemente, siempre falta uno.

lunes, 12 de julio de 2010

¿Qué pretende usted de mí, señora?



Cuando llega la ola de frío hacemos lo que hacemos siempre. Quejarnos. Pero después de la ventolera que venimos soportando más el frío helado metiéndose impiadoso por los cuellos, las faldas, los tiros cortos y por cualquier "rendija" que éste encuentre, vale: ¡quejémonos nomás!

Pero igual hay que salir. Siempre hay que hacer cosas acá y cosas allá pero esta vez, ni el paso redoblado andando y desandando las veredas me quitó el frío hoy pero estoica, como todos los demás, seguí mi rumbo. De pronto, la vi venir. Justo en dirección a mí. Se acercaba preparando la escena para que las dos quedáramos frente a frente. Se notaba que me iba a hablar. Que me iba a interceptar.

-"¿Qué pretenderá de mí esta señora?", me pregunté.
Y rápidamente, pensé:"Ahora me va a pedir algo, con la cara que tiene pobre, se nota que con algún problema anda. Mirá esa cara, parece que ha llorado,y toda la noche porque son las diez de la mañana y todavía tiene los ojos hinchados".
Y seguí: "Parece que la vida no le sonríe, nada. Si ni bufanda tiene y la verdad, con ese saquito de morondanga que tiene puesto se debe estar muriendo de frío... Pobre, bueno, qué sé yo, hay que ser solidario...Si me pide plata, ¿qué hago? ¿le doy o me hago la bolú y sigo caminando, como hacen casi todos o mejor, no sé ¿y si el marido le pega? Eso, seguro que el tipo la faja por eso tiene esa cara de miserable, de sufrir y sufrir y no encontrar consuelo. Bueno, la voy a mandar a la Comisaría de la Mujer, ahí se ocupan dicen, bah, seguro que sí porque son casi todas mujeres policías y si no nos ayudamos entre nosotras qué queda ¿no?"
Y seguí: "O a lo mejor está pasando por problemas económicos y no tiene ni para comer por eso está tan pero tan flaca, horrible pobre, qué vida, qué vida la de algunos y nosotros que nos quejamos por un vientito y eso que tenemos tapado, bufanda, guantes y todo lo que nos queremos tirar encima, hummm...
¿Y esos zapatos? Encima se pone zapatos abiertos y con tacos ¡pero qué tacos! ¡ah bueno!, si se pone esos zapatos de tacón alto y tan alto, ésta debe ser una turra de esas que andan por ahí con cara de mosquita muerta, a mí no me agarra ésta, que se arregle y que me deje caminar tranquila porque bastante tengo yo con lo mío como para andar ocupándome de los problemas de los demás y encima ni la conozco así que flaca, correte, dejame pasar, salí de mi camino que me estoy congelando y llego tarde a mi clase de inglés. Sí estudio inglés y qué.
- Una pregunta: ¿la calle Virrey Arredondo, sabés cuál es?
- ...Hummm..., no, ni idea, no soy de acá.
- Ah, Gracias.

jueves, 8 de julio de 2010

Tucumán por Cabildo...









Si la gente de la Secretaría de Turismo del gobierno de Tucumán quería llamar la atención, lo consiguió, y con creces.

Nadie, por más ensimismado en sus pensamientos que estuviera, por más apurado, o mala onda o colgado, pudo evitar esta tarde mientras caminaba por la zona de avenida Cabildo y Juramento, echar un vistazo a estas bicicletas o más bien, triciclos verdes que circulaban llevando a bordo promotoras que repartían folletos ilustrativos acerca de las bondades del "Jardín de la República", aunque el "espeach", ya no es ese, ya cambió.

Hoy "es verde", "es jardín" (y después del dibujito de una mariposita) dice; "Es Tucumán".
Y sigue, al abrir el tríptico a todo color y con muchas fotografías: "Es aire", "es sonido", "es historia", "es sabor", "es sonido", "es relax", "es descanso", "es tu casa".

Ingenio, no les faltó. No sabemos si habilitación para circular o estacionar como lo hicieron pero esas son otras cuestiones...
Tampoco vamos a estar todo el día pinchando el globo...¿no?

Véalos, se lo merecen, en www.tucumanturismo.gov.ar

lunes, 5 de julio de 2010

El verano, vos, vos y yo



¿Se acuerdan?
De aquel verano.
¿Qué pasó?
El tiempo,
es lo que pasó.
Solo eso y,
nada más y nada menos.
Jugábamos, en la arena.
Vos, vos y yo.
Reíamos en la arena.
Pero el tiempo pasó.
Nos fuimos,
vos, vos y yo.
Y es lo que quedó.
Y la memoria.
Y el recuerdo.
Y volvemos a jugar.
Volvemos a reir,
vos, vos y yo.

Contraste

Este Titanic





No fue diseñado por Thomas Andrews.
No tiene lujo, pero tiene orgullo.
Y tiene gloria.

viernes, 2 de julio de 2010

Océano, no se pierdan el documental



Increíbles las imágenes y el mensaje, ineludible.

La mejor parte, cuando los barcos navegan en medio de la tempestad.

Acá abajo, un link para que vean de qué se trata.

La foto, de este verano, rumbo a La Paloma, Uruguay, con viento de proa y mar "movido". Una maravilla.

http://www.blogdecine.com/documentales/oceanos-trailer-del-documental-mas-ambicioso-de-la-historia-del-cine

La mitad más uno, más la otra mitad, menos uno



¿Mundial? ¿Qué mundial?

Llovía el domingo, cuando amaneció, allá en Mar del Plata. Y no era un domingo cualquiera, por eso casi no importó y los socios del Náutico fueron llegando poco a poco. Cerca del mediodía, entre saludos y palmadas, se acomodaron y sentaron a las mesas ubicadas en el enorme salón en el que funciona el restaurant, donde se puede comer pescado en platos increíblemente abundantes. Y a buen precio.

Pero no fue esta la razón principal para que con semejante día, hombres, mujeres y chicos, amantes de los deportes, decidieran salir de todos modos de sus casas para juntarse, allá en el club. Ese día que había amanecido gris y que alentaba más a la pantufla que al calzado deportivo, Argentina jugaba, a la tarde, su partido decisivo contra México. Seguir o volver a casa. Así de simple, sin otras instancias. Ganar o perder. Contundente.

Por eso, la mitad más uno y la otra mitad menos uno, amanecieron además de llovidos, con mariposas en el estómago. Ansiosos, expectantes y qué mejor remedio, que compartir y combatir todas estas sensaciones, con alguien más.

Así las cosas, el almuerzo bullicioso en el que los pronósticos y las cábalas estuvieron a la orden del día, se fue estirando hasta el comienzo del partido, tanto que a la hora del himno, más de uno lo cantó con patriotismo futbolero pero con la cuchara del postre en la mano, mientras los mozos, trataban de poner sus mejores caras y repartían los cafés en las bandejas, buscando un fino equilibrio entre la cortesía y rapidez. No fue fácil, pero a nadie le importó.

El silencio que produjo la emoción de la canción patria, no tardó en romperse. Enseguida nomás, las sillas empezaron a juntarse más cerca de la pantalla, desde la que los unos y los otros, comenzaban a correr con la pelota, a la pelota y por la pelota. Y por la camiseta. El sonido de una corneta -porque acá es corneta, no vuvuzela- dio la única certeza por ese entonces. El gran momento había llegado.

Las emociones no se hicieron esperar. Comenzaba el show de las expresiones típicas que se suelen soltar al ritmo de las mejores y peores jugadas hasta que por fin aunque con dudas, el primer grito de ¡gooool! Todos saltaron de sus sillas, se abrazaron, se quisieron, se colmaron de optimismo y más y más pasión.

Menos uno. Menos este niño de la foto. Menos este niño de unos diez años, que se mantuvo imperturbable, indiferente desde que llegó. Literalmente, tragó su almuerzo y se ve, que tenía planes. Sentarse en una mesa solo, justo abajo del televisor que desde lo alto de la pared, destellaba en imágenes y comentarios sabiondos del comentarista de turno.

Pero no, error. La única pantalla que le interesaba era la de la laptop que tenía enfrente y la mesa con el único enchufe cerca. Enchufe para su máquina y enchufe para él, desde el mismo minuto en que se conectó al otro mundo. Al mundo virtual, del que no volvió a salir hasta que pasaron tres goles que no vio, no escuchó ni nada, nada de nada, y el brazo de su padre rodeándolo por los hombres diciendo -¿Vamos hijo? ¿Qué grande la selección, ¿eh?¿eh? Qué goleador Tevez, ¡qué goleador! ¡Por Diossss!

El chico, que no había levantado la vista en ningún momento, ni siquiera para el replay, asintió con una tímida y culpable sonrisa, conformando a su padre mientras pensaba que bueno, que finalmente había sido un buen día. A él el fútbol no le importa. No le gusta. Y qué -pensó-, encogiéndose de hombros, mientras caminaban hacia el auto y ya había parado de llover.

Igual, pensó también que estaba bueno que gane Argentina. Así su papá, sus hermanos y todos sus amigos, y toda la gente que conocía que andaba por ahí, en la calle, incluso el kiosquero que a la mañana temprano cuando él pasa por ahí rumbo a la escuela, suele gruñirle un poco; iban a estar contentos. A él no le gusta el fútbol. Lo que más le gusta de todo es la computadora de su papá que hasta ahora, no se la había prestado nunca y eso, lo tenía muy conmovido, más emocionado que todos los goles juntos.

Siguieron caminando y mientras subían al auto el pequeño preguntó a su papá, mirando de reojo el bolso en el que lleva la laptop: -¿Cuándo vuelve a jugar Argentina, pa? ¿Vamos a venir a verlo al club, no?
-Sí, hijo, claro que sí. Te gustó, ¿No? Y Tevez, qué grande. ¡Maradó, Maradó! Bueno, vamos hijo, que no todo es fútbol...