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viernes, 30 de julio de 2010

Sigue lloviendo...



Sigue lloviendo.
Sigue el mal tiempo.
Aunque eso siempre depende,
de dónde uno esté.
O de cómo uno esté
a la hora en que las gotas
caen y caen.
Y caen y caen.
Y traen inevitables,
nostalgia.
Pero también traen,
la mirada a la realidad.
En un día como hoy,
¿puede uno no pensar
en aquellos que se van cargando de preguntas?
¿Por qué?
Esa es la pregunta.
¿Cómo es posible?
tanto desprecio por la vida del otro.
¿Cómo puede ser?
¿Cómo hemos llegado a esto?
Que no les importe nada
del otro, de los otros,
a tantos.

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