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lunes, 12 de julio de 2010

¿Qué pretende usted de mí, señora?



Cuando llega la ola de frío hacemos lo que hacemos siempre. Quejarnos. Pero después de la ventolera que venimos soportando más el frío helado metiéndose impiadoso por los cuellos, las faldas, los tiros cortos y por cualquier "rendija" que éste encuentre, vale: ¡quejémonos nomás!

Pero igual hay que salir. Siempre hay que hacer cosas acá y cosas allá pero esta vez, ni el paso redoblado andando y desandando las veredas me quitó el frío hoy pero estoica, como todos los demás, seguí mi rumbo. De pronto, la vi venir. Justo en dirección a mí. Se acercaba preparando la escena para que las dos quedáramos frente a frente. Se notaba que me iba a hablar. Que me iba a interceptar.

-"¿Qué pretenderá de mí esta señora?", me pregunté.
Y rápidamente, pensé:"Ahora me va a pedir algo, con la cara que tiene pobre, se nota que con algún problema anda. Mirá esa cara, parece que ha llorado,y toda la noche porque son las diez de la mañana y todavía tiene los ojos hinchados".
Y seguí: "Parece que la vida no le sonríe, nada. Si ni bufanda tiene y la verdad, con ese saquito de morondanga que tiene puesto se debe estar muriendo de frío... Pobre, bueno, qué sé yo, hay que ser solidario...Si me pide plata, ¿qué hago? ¿le doy o me hago la bolú y sigo caminando, como hacen casi todos o mejor, no sé ¿y si el marido le pega? Eso, seguro que el tipo la faja por eso tiene esa cara de miserable, de sufrir y sufrir y no encontrar consuelo. Bueno, la voy a mandar a la Comisaría de la Mujer, ahí se ocupan dicen, bah, seguro que sí porque son casi todas mujeres policías y si no nos ayudamos entre nosotras qué queda ¿no?"
Y seguí: "O a lo mejor está pasando por problemas económicos y no tiene ni para comer por eso está tan pero tan flaca, horrible pobre, qué vida, qué vida la de algunos y nosotros que nos quejamos por un vientito y eso que tenemos tapado, bufanda, guantes y todo lo que nos queremos tirar encima, hummm...
¿Y esos zapatos? Encima se pone zapatos abiertos y con tacos ¡pero qué tacos! ¡ah bueno!, si se pone esos zapatos de tacón alto y tan alto, ésta debe ser una turra de esas que andan por ahí con cara de mosquita muerta, a mí no me agarra ésta, que se arregle y que me deje caminar tranquila porque bastante tengo yo con lo mío como para andar ocupándome de los problemas de los demás y encima ni la conozco así que flaca, correte, dejame pasar, salí de mi camino que me estoy congelando y llego tarde a mi clase de inglés. Sí estudio inglés y qué.
- Una pregunta: ¿la calle Virrey Arredondo, sabés cuál es?
- ...Hummm..., no, ni idea, no soy de acá.
- Ah, Gracias.

2 comentarios:

Nal dijo...

Jaja qué bueno! Si me habrá pasado de ponerme a pensar para qué se me acercan y al final nada que ver!
Besos (:

Anónimo dijo...

muy bueno, a veces se encuentra uno en esas situaciones !!