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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Paparazzi



Hace unos días, intercambiando ideas de trabajo con un colega y amigo, éste me dijo: - Fijate, lo vi en la revista Paparazzi.
Uhhh, me dije, en casa no hay ni habrá ninguna revista Paparazzi, nunca pero bueno, cuando salga a la calle, voy a un kiosco y chusmeo una.

Por fin y luego de unos días de otras cosas y debate ¡compré Paparazzi!
El hecho ocurrió en la terminal de Retiro, donde esperaba la llegada de mi hija Gretel.
Pasaba por un kiosco de diarios y revistas y tuve la gran idea: Este es un buen momento para ver qué era esto que me decía que me tenía que fijar en esa revista que es parecido a una cosa que yo digo...

La voz del hombre me trae de vuelta de mis profundas cavilaciones.
-¿Señora?
- Ah, buenas tardes, estaba buscando la revistaaa...Paparrr...y ahí, cuando los vi en la tapa, ahí nomás comencé a dudar: ¿le digo o no le digo?, ¿la compro o no la compro? No lo puedo creer, comprando a estos dos en la tapa. ¡Mirá justo quién está en la tapa!
Ricky Fort con su amigo tarzanito.
-Naaaa, ¿comprar esto? y encima que por ahí pasa algún intelectual de Tandil y me emboca leyendo esto...

Naaa, pero sí. Siete pesitos mediante, me fui con la revista bajo el brazo. Cada vez más abajo del brazo.

Rápidamente miré a mi alrededor. Sentí que todos me miraban. Traté de consolarme pensando en que seguramente eran ideas mías, pero las ideas fueron más fuertes que yo y luego de doblar la revista y alejarme un poco, la metí en la mochila.

Preferí esperar a mi hijita colgando la vista en los antiguos techos de la estacíón de trenes, Constitución, un poco más allá. La construcción es increíble.Enorme. Más para alguien de tierra afuera, no la de acá. Nos impresiona todo.

Toda la tarde, dimos vueltas por ahí con la revista en la mochila, como en penitencia. Es que de echarle un vistazo nomás, ya me daba cositas pero bueno, ahora en casa y a resguardo, acabo de volver a ojearla.
Y (me) siento (a) escribir esto, no sin haber googleado previamente si es ojear u hojear. En realidad, sigue siendo confuso pero opté por escribirla sin hache aunque creo que la podría usar de las dos maneras.

Sigo. La revista está sobre mi escritorio. Paso las páginas (hojeo) y encuentro lo que busco pero sigo ojeando (pasar la vista con rapidez)y me voy asombrando, anonadando, sorprendiendo, enroscando (pero igual, nunca llego a la posición que se le ve a la Ciardone en la foto de la escalera, no señores, hace falta mucha cancha para eso digo y sigo pasando las hojas hasta que se me termina la revista, ni siquiera me detengo en el aviso que dice "Marcelo Polino underwear" (¡No, no da!)y mucho menos cuando llego a la doble del medio ¡My God! (esto no es pa´mí) y encima me clavo, porque mi costado chusmeta acababa de ganar la batalla y me zambullo en una nota que tiene como título: "Cecilia Roth, cambió un chico (por el Heredia, ¿vieron?) por otro", me pongo a leer y resulta que ese adolescente que la lleva de la mano, es su tierno hijo. Al final, qué, ¿los periodistas te engañan para vender? ;)
Y bueno. Eso nada más. Señores y señoras, colorín colorado, hay una Paparazzi y no es en la casa de al lado...

(Eso es para que rime...)

martes, 21 de septiembre de 2010

Festejando la primavera (con 60 heridos)



Buenos Aires.Palermo: Estudiantes festejan la Primavera y el Día del Estudiante. Más de sesenta heridos.

Según el diccionario,festejo es una "fiesta que se hace para celebrar algo".
Y fiesta, es "una reunión de personas como diversión".
Y diversión, es "un entretenimiento proporcionado por un rato alegre".
Y alegre es "un sentimiento grato y vivo producido por un motivo placentero que, por lo común, se manifiesta con signos externos".

Y un signo es una señal.

Una señal que
nos grita, nos llama, nos avisa
que algo está pasando.
Y pasa justo justo,
frente a nuestros ojos.
Entonces,a esa señal
no la dejemos pasar.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Piedra libre, Piedrabuena

Imaginación



No es nudo marinero, ni ballestrinque ni as de guía.
Ni un nudo de corbata en un cuello de palo.
Tampoco es el nudo que equivale a una milla náutica.
Ni es el nudo con el que Gordias llevaba sus bueyes atados al yugo.
Y si ese nudo no es un nudo,
para mí,
es una cara que me mira.
Y apuro el paso cuando paso.
Y si es de noche,cruzo de vereda.
Me guiña un ojo,
es lo que siento cuando miro.
No le sostengo la mirada, no la desafío.
Me parece burlona, casi siniestra,
esa cara de madera.
Con esa bocota, retorcida.
Sigo, paso.
La dejo atrás.
No me alcanza.
Qué bueno, que sea de madera...