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lunes, 10 de mayo de 2010

La tormenta, la calma y después



Elegir.
Renunciar.
Ser o dejar de ser
para seguir siendo,
pero otra cosa.
Cambiar la marcha
o seguir hamacado
dejándose llevar
por la corriente,
siempre por la (misma)corriente.
Decidir.
Cambiar.
Arriesgar.
Poner el cuerpo y aguantar,
para cambiar el rumbo.
En el horizonte,
nubarrones y sol
se desafían,
se otean pero juntos,
se ponen esplendorosos,
se fortalecen.
Provocan incertidumbre
pero finalmente
llevan al cambio.
La tormenta y la calma.
Y después.

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