El sol del mediodía es lo que los iguala.
El cuerpo de los tres se templa en el frío porteño.
Pero es lo único, salvo el lugar, que también es el mismo.
La moneda otra vez, mostró sus caras.
Las realidades tan distintas. Los rumbos, contrapuestos.
Cara y cruz. O mejor dicho, cara, (hambre) y cruz...
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1 comentario:
Unos tanto!y otros tan poco!!pero el sol es para todos.
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